martes, 3 de marzo de 2009

S.O.S. EDUCACIÓN INFANTIL


domingo 15 de febrero de 2009
LA "GUARDERÍA" DE ESPERANZITA
Creemos que esta información interesa tanto a las autoridades de la Consejería de Educación en sus distintos niveles, al Defensor del menor, a toda la comunidad educativa, a toda la sociedad y, sobre todo, a las familias que tienen hijos en la Etapa de Ed. Infantil.
Con Decretazo sobre las condiciones de los centros Ed. Infantil en la Comunidad de Madrid, que ya está implantándose en este curso denunciamos y afirmamos con rotundidad que actualmente parte del alumnado de dos años escolarizado en Escuelas Infantiles de esta Comunidad, está en situación de riesgo educativo grave por la ratio de 1 Educadora Especialista en Ed. Infantil para atender a un grupo de 20 niños.
Al decir riesgo educativo grave, no sólo estamos hablando de la dificultad para llevar a cabo actividades “educativas”, (cuya importancia no es valorada por la Consejería) sino que estamos incluyendo también riesgos de accidentes, (que si no ocurren, en buena medida es debido por un lado a la profesionalidad demostrada por las educadoras de dichos centros y, por otro, a la fortuna o “ángel de la guarda” que protege a los niños).
Animo a quien quiera,-y especialmente a los técnicos educativos que elaboraron el Decreto, a la Directora General de Educación Infantil y Primaria Dª Carmen Pérez- Llorca, al Director General de Recursos Humanos D. Miguel José Zurita Becerril, a la Viceconsejera Dª Alicia Delibes Liniers, a la Consejera de Educación Dª Lucía Figar Lacalle y a la Presidente de la Comunidad- a estar una jornada en un aula de 20 ñinos/as de 2 años sin ningún tipo de apoyo.
Tal vez entonces comprendan en qué situación de riesgo se queda el resto del alumnado (porque son alumnos) cuando se tiene que cambiar a uno, dos y tres niños que están aprendiendo a controlar esfínteres, mientras otros simultáneamente están empezando a andar titubeando; o en que situación de emergencia se queda el comedor cuando se tiene que salir a atender una necesidad de un alumno que ha vomitado; o qué milagro tiene que ocurrir para que la sopa del plato no acabe por la espalda del compañero; o qué malabarismos hay que hacer para que 20 niños se laven las manos sin que una vez lavadas las metan en la taza del WC y chupen; o cómo conseguir un orden básico para cosas tan simples como beber agua, salir al recreo, quitarse el camión de arena de las zapatillas, o ponerse el babero; por qué al mismo tiempo que se están atando los cordones de uno, se vislumbran unas solemnes velas desplegadas producto de un estornudo y, también a la vez, otro niño está probando el sonido de la taza en la cabeza de un compañero.
Por si alguna de esas mentes preclaras no ha cogido la idea o coge el rábano por las hojas, no estamos hablando de que se trate de pequeños monstruitos. No. Estamos pidiendo unos mínimos de recursos para atender al alumnado de las Escuelas infantiles con una mínima dignidad.
Y si lo que planteamos parece exagerado, (como parece deducirse de las declaraciones de la Directora General de Ed. Infantil y Primaria a preguntas de una cadena de Radio en el curso pasado al comentar que como partimos de una realidad educativa de tanta calidad parece que 1 educador-a para 20 niños es la ratio óptima) plantemos las preguntas siguientes:
¿Sería capaz cualquiera de estas ilustrísimas personas, a las que animamos a realizar esa jornada de reflexión práctica en una Escuela Infantil, a desviar la mirada un breve instante de un hijo suyo que está empezando a dar los primeros pasos? ¿Cómo podría hacerlo sin apoyo si tuviera a su lado a otros 19 niños-as con sus necesidades diferentes y casi un año de diferencia de edad en el mismo grupo?. ¿Qué actividades sería capaz de programar y llevar a cabo como “propuesta pedagógica”?.
¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la hipocresía de valorar y resaltar de cara a la galería la importancia de la educación de los primeros años y convertirla en la práctica en un aparcadero de niños?
Sin duda habrá países en condiciones peores, pero curiosamente los países de referencia europea mejor valorados en materia de calidad educativa sitúan la proporción profesor/alumno prácticamente en la mitad.
Sabemos que de cara al próximo curso, al eliminar ya en la práctica totalidad de las Escuelas Infantiles el tramo 3-6, la Consejería lo ofrece como un “lote” de efecto redondo: los espacios dejados se rellenan con grupos de 0-3 en las nuevas condiciones, con lo que el mensaje será: “en situación de crisis, hemos sido capaces de duplicar las plazas en las escuelas infantiles para ayudar a las familias”; por otro lado, los alumnos que se incorporan a los Colegios son vistos con buenos ojos por algunos centros al vislumbrar una oportunidad para abrir nuevas aulas allí donde la matrícula empezaba a peligrar; aunque ello conlleve el reclamar un “auxiliar” que se dedique a limpiar pises y cacas de forma itinerante por los centros para que las familias se tranquilicen. Y cómo no, se termina de abonar el campo para que la educación 0-3 deje de ser educación y pase a ser definitivamente un servicio social de guardería de ámbito municipal. ¿A quién le importa la calidad educativa en este mercadeo?
De cara a la que se avecina, y en defensa de la Educación pública, entiendo que no debemos meter en el mismo saco el funcionamiento hasta ahora ejemplar en la mayoría de los casos de las escuelas infantiles públicas de gestión indirecta y la externalización de gestión que se propone. Las cooperativas y equipos de profesionales de estos centros han venido funcionando como un verdadero servicio público. Lo que nos espera es otra cosa: se favorece que grandes empresas ajenas al sector educativo (verbi gratiam el Corte inglés, Eulen, ACS, Dragados….) sean adjudicatarias de la gestión subcontratando a los profesionales -supeditados a condiciones laborales precarias- en función de sus objetivos comerciales y no de objetivos educativos. Esto ha sido propiciado por el conocido Decretazo de Ed. Infantil en la Comunidad de Madrid y, no lo olvidemos, con el permiso y beneplácito de la LOE para esta etapa.
Es decir, la Comunidad de Madrid ha legislado reduciendo al mínimo el mínimo exigido por el Estado.
¿Por qué no se movilizan las familias ante este retroceso tan significativo en la calidad de la Etapa y especialmente del ciclo 0-3?. Tal vez la situación laboral de horarios de los padres haga que la preocupación primordial sea encontrar una plaza en un centro sea como sea, convirtiendo en secundario el factor calidad. Tal vez haya también otros factores añadidos relacionados con el cambio en el sentido de compromiso, de la participación o en la percepción social de la educación de los hijos; no en vano la participación de los padres a través de las Asociaciones de padres/madres en los centros ha ido en declive, lo cual favorece claramente a una Consejería de Educación que no quiere un dinamismo social crítico.
En fin, la perspectiva no es nada halagüeña y para muestra, otro botón en las Escuelas Infantiles: ¿saben ustedes que se está adelantando desde la Consejería que para el próximo curso se va a contratar a personal de la lista de empleo general sin exigir el título de Técnico Especialista en Educación Infantil?. El Decretazo lo permite.
Estamos convencidos de que a todo cerdo le llega su san martín y, más pronto que tarde, estos prepotentes que legislan para los hijos de los demás lo que no quieren para los propios tendrán que tomar las de Villadiego antes de acabar con la Educación pública
Como dice mi amiga Mª José, “verdes las han segado” y no se lo vamos a permitir. Que se vaya EsperanZita con su "guardería" de la imagen "a la mierda", como decía Labordeta en alguna sesión memorable en el Congreso de los Diputados.